17_01_08

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 22º.

DÍA 22º.

 
 
 
 
 
 
 
 
 

Sus caracteres

Interior:

La verdadera devoción a Nuestra Señora es interior: es decir, debe partir del espíritu y del corazón; nace dicha devoción de la estima que se hace de la Virgen, de la alta idea que uno se ha formado de sus grandezas y del amor que se le tiene.

Tierna:

Es tierna,  es decir,  llena  de confianza  en la Santísima Virgen, como la de un niño para con su buena madre. Esta devoción es la que hace que un alma recurra a Ella en todas sus necesidades de cuerpo y espíritu con mucha sencillez, confianza y ternura.

Santa:

Esta  devoción  a  nuestra Señora  es  santa: es decir, que conduce a un alma a evitar el pecado y a imitar las virtudes de la Santísima Virgen en particular, la humildad profunda, la fe viva, la ciega obediencia, la continua oración, su universal mortificación,  la  pureza  incomparable,  la  caridad  ardiente,  la heroica paciencia, la dulzura angelical y la divina sabiduría. Tales son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen.

Constante:

Es constante, es decir, afirma a un alma en el bien y la lleva a no abandonar fácilmente las prácticas de devoción; la hace animosa para oponerse al mundo, y sus costumbres y sus máximas, a la carne con sus apetitos y sus pasiones, y al demonio en sus tentaciones: de modo que una persona verdaderamente devota a la Santísima Virgen no es mudable, melancólica, escrupulosa ni medrosa.

Desinteresada:

La verdadera devoción  a Nuestra Señora es desinteresada; es decir, inspira a un alma que no se busque a sí misma; sino sólo a Dios en su Santísima Madre. Un verdadero devoto de María no ama a esta augusta Reina por espíritu de lucro y de interés, ni por su bien temporal ni espiritual, sino únicamente porque merece ser servida, y Dios sólo en Ella.

(Tratado de la Verdadera Devoción… núms. 105-110)