17_01_07

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 14º.

DÍA 14º.







Oraciones preliminares


De la obediencia del súbdito humilde
a ejemplo de Jesucristo.


Hijo, el que procura sustraerse de la obediencia, él mismo se aparta de la gracia; y el que quiere tener cosas propias pierde las comunes.

El que no se sujeta de buena gana a su superior, señal es que su carne aún no le obedece perfectamente, sino que muchas veces se resiste y murmura.

Aprende, pues, a sujetarte prontamente a tu superior, si deseas tener tu carne sujeta. Porque tanto más presto se vence al enemigo exterior, cuanto no estuviere debilitado el hombre interior.
No hay enemigo peor ni más dañoso para el alma que tú mismo, si no estás bien avenido con el espíritu.

Necesario es que tengas verdadero desprecio de ti mismo, si quieres vencer la carne y la sangre.
Porque aún te amas muy desordenadamente, por eso temes sujetarte del todo a la voluntad de otros.

Pero ¿Qué mucho es que tú, polvo y nada, te sujetes al hombre por Dios, cuando Yo, Omnipotente y Altísimo, que crie todas las cosas de la nada, me sujeté al hombre humildemente por ti?

Me hice el más humilde y abatido de todos, para que vencieses tu soberbia con mi humildad.

Aprende, polvo, a obedecer; aprende, tierra y lodo, a humillarte y postrarte a los pies de todos.
Aprende a quebrantar tus inclinaciones y rendirte a toda sujeción.

(Imitación de Cristo, libro III, cap. 13)