17_01_09

CONSAGRACIÓN TOTAL A MARÍA. DOCE DÍAS PRELIMINARES

Tema: Vaciado del espíritu del mundo


Examina tu conciencia, reza, practica la renuncia a tu propia voluntad; mortificación, pureza de corazón. Esta pureza es la condición indispensable para contemplar a Dios en el cielo, verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe.

La primera parte de la preparación se deberá emplear en vaciarse del espíritu del mundo, que es contrario al espíritu de Jesucristo. El espíritu del mundo consiste en esencia en la negación del dominio supremo de Dios, negación que se manifiesta en la práctica del pecado y la desobediencia; por tanto es totalmente opuesto al espíritu de Jesucristo, que es también el de María.

Esto se manifiesta por la concupiscencia de la carne, por la concupiscencia de los ojos y por el orgullo como norma de vida, así como por la desobediencia a las leyes de Dios y el abuso de las cosas creadas. Sus obras son el pecado en todas sus formas; en consecuencia todo aquello por lo cual el demonio nos lleva al pecado; obras que conducen al error y oscuridad de la mente y seducción y corrupción de la voluntad. Sus pompas son el esplendor y las artimañas empleadas por el demonio para hacer que el pecado sea deleitoso, en las personas, sitios y cosas.


ORACIONES PARA LOS DOCE DÍAS PRELIMINARES

Veni Creator Spiritus

Ven Espíritu creador; visita las almas de tus fieles.
Llena de la divina gracia los corazones que Tú mismo has creado.
Tú eres nuestro consuelo, don de Dios altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.
Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú el dedo de la mano de Dios, Tú el prometido del Padre, pones en nuestros labios los tesoros de tu palabra.
Enciende con tu luz nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y con tu perpetuo auxilio, fortalece nuestra frágil carne.
Aleja de nosotros al enemigo, danos pronto tu paz,
siendo Tú mismo nuestro guía evitaremos todo lo que es nocivo.
Por Ti conozcamos al Padre y también al Hijo y que en Ti,
que eres el Espíritu de ambos, creamos en todo tiempo.
Gloria a Dios Padre y al Hijo que resucitó de entre los muertos,
y al Espíritu Consolador, por los siglos infinitos.
Amén.
 

            Ave Maris Stella

Salve, estrella del mar, 
Madre santa de Dios
y siempre Virgen, 
feliz puerta del cielo.

Aceptando aquel «Ave» 
de la boca de Gabriel, 
afiánzanos en la paz
al trocar el nombre de Eva.

Desata las ataduras de los reos,
da luz a quienes no ven,
ahuyenta nuestros males,
pide para nosotros todos los bienes.

Muestra que eres nuestra Madre,
que por ti acoja nuestras súplicas
Quien nació por nosotros,
tomando el ser de ti.

Virgen singular,
dulce como ninguna, 
líbranos de la culpa,
haznos dóciles y castos.

Facilítanos una vida pura,
prepáranos un camino seguro,
para que viendo a Jesús,
nos podamos alegrar para siempre contigo.

Alabemos a Dios Padre,
glorifiquemos a Cristo soberano
y al Espíritu Santo,
y demos a las Tres personas un mismo honor. Amén.


                   Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. 
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.
El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahám y su descendencia por siempre.




CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 33°.

DÍA 33°.

 
 
 
 
 
 
 
 


El cuerpo de Cristo y la Sagrada Escritura son muy necesarios al alma fiel

 
¡Oh dulcísimo Señor Jesús! ¡Cuánta es la dulzura del alma devota que se regala contigo en tu banquete, donde no se le presenta otro manjar que a su único amado, apetecible sobre todos los deseos de su corazón!
Sería ciertamente muy dulce para mí derramar en tu presencia copia de lágrimas afectuosas y regar con ellas tus pies, como la piadosa Magdalena, Mas, ¿Dónde está ahora esta devoción? ¿Dónde el copioso derramamiento de lágrimas devotas?
 
Por cierto, en tu presencia y en la de tus santos ángeles, todo mi corazón debiera encenderse y llorar de gozo.
 
Porque en el Sacramento te tengo verdaderamente presente, aunque encubierto bajo de otra especie.
 
Porque  el mirarte en tu propia y divina claridad no podrían mis ojos resistirlo, ni el mundo entero subsistiría ante el resplandor de la gloria de tu majestad.
Tienes, pues, consideración a mi debilidad cuando te ocultas bajo de este Sacramento.
 
(Imitación de Cristo, libro IV, cap. 11)
 
Es menester practicar estas acciones en María. La Santísima Virgen es el verdadero paraíso terrenal del nuevo Adán, del cual el antiguo paraíso terrestre era sólo figura. Hay, pues, en este paraíso terrenal riquezas, bellezas, singularidades y dulzuras inexplicables que el nuevo Adán, Jesucristo, dejó en él. En este paraíso tuvo Él sus complacencias durante nueve meses, obró sus maravillas y ostentó sus riquezas con la magnificencia de Dios. En este paraíso terrestre es donde verdaderamente está el árbol de la vida, que es Jesucristo, fruto de la vida eterna; el árbol de la ciencia del bien y del mal que ha dado la salud al mundo. Hay en este lugar divino árboles plantados por la mano de Dios y rociados con su divina gracia, que han producido y todos los días dan frutos de un sabor exquisito. Solamente el Espíritu Santo puede

hacer conocer la verdad escondida bajo las figuras de las cosas materiales. El Espíritu Santo, por boca de los Santos Padres, llama también a la Santísima Virgen, la puerta oriental por la cual el gran sacerdote Jesucristo  entró en el mundo,  por ella  entró la primera vez y por ella vendrá la segunda.
Por último, es necesario hacer todas nuestras acciones para María.  No que la tomemos como el último fin de nuestras acciones, que es sólo Jesucristo, sino por nuestro fin próximo, nuestro misterioso medio y manera segura para ir a Él. Es necesario emprender y hacer grandes cosas para esta augusta soberana, apoyados en su protección. Es necesario defender sus privilegios, cuando se le disputan, es necesario sostener su gloria, cuando se la ataca, llevar todo el mundo, si se puede, a su servico y a esta sólida y verdadera devoción. Es necesario no pretender de ella, como recompensa de estos pequeños servicios, más que el honor de pertenecer a una tan amable Princesa y la felicidad de estar por Ella unidos a Jesús Hijo en el tiempo y en la eternidad. (Tra- tado de la Verdadera Devoción... núms. 261-265)


CÓMO HACER LA CONSAGRACIÓN


Al fin de las tres semanas se confesará y comulgará con la intención de entregarse a Jesucristo en calidad de esclavo de amor, por medio de María, y después de la comunión recitará la fórmula de consagración, que convendrá escribirla o hacerla escribir, si no está impresa, y firmar el mismo día que la haga. Bueno será que en ese día se pague algún tributo a Jesucristo y a la Virgen, ya por vía de penitencia de la infidelidad a los votos del bautismo, ya para protestar de la completa dependencia del dominio de Jesús y de María. Este tributo será según la devoción y la capacidad de cada cual, como un ayuno, una mortificación, una limosna; aun cuando no se diera más que un alfiler, es bastante para Jesús, que sólo atiende a la buena voluntad. Todos los años, el mismo día, se renovará la misma consagración, observando estas prácticas durante tres semanas.


CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO
A JESUCRISTO, LA SABIDURÍA ENCARNADA, POR MEDIO DE MARÍA


¡Oh Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh amable y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre virgen! Os adoro profundamente en el seno y en los esplendores de vuestro Padre,  durante la eternidad, y en el seno virginal de María, vuestra dignísima Madre, en el tiempo de vuestra Encarnación.
 
Os doy gracias porque os habéis anonadado y tomado la forma de esclavo para sacarme de la cruel esclavitud del demonio.
 
Os alabo y glorifico porque os habéis sometido a María, vuestra Santa Madre, en todo, a fin de hacerme por Ella vuestro fiel esclavo. Pero ¡ay! ingrato e infiel.






 
 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 32º.

DÍA 32º.

 
 





Oraciones preliminares.

Del amor a Jesús sobre todas las cosas



Bienaventurado el que conoce lo que es amor a Jesús, y despreciarse a sí mismo por Jesús.
Conviene dejar un amado por otro amado,  porque Jesús quiere ser amado sobre todas las cosas.
 
El amor de la criatura es engañoso y mudable; el amor de Jesús es fiel y durable.
El que se llega a la criatura, caerá con lo caedizo;
el que abraza a Jesús, afirmará en Él para siempre.
 
Ama a Jesús y tenle por amigo, que, aunque todos te desamparen, Él no te desamparará ni te dejará perecer en el fin.
 
Tu amado es de tal condición, que no quiere consigo admitir a otro; más Él solo quiere tener tu corazón, y como rey sentarse en su propia silla.
 
Si tú supieras bien desocuparte de toda criatura, Jesús morará de buena gana contigo. (Imitación de Cristo, libro 11, cap. 7)

He aquí algunas prácticas interiores muy propias para los que el Espíritu Santo llama a una alta per- fección, que, en cuatro palabras, se reducen a ejecutar todas las acciones por María, con María, en María y para María, a fin de practicarlas más perfectamente por Jesús, con Jesús, en Jesús y para Jesús.

Es menester ejecutar las acciones por María, es decir, es menester obedecer en todo a la Santísima Virgen y conducirse en todo por su espíritu, que es el espíritu de Dios. Los que son guiados por El, son hijos de Dios. Los que son guiados por el espíritu de María, son hijos de María, y por consiguiente hijos de Dios, y entre tantos devotos de la Santísima Virgen, no hay más verdaderos y fieles devotos que los que se conducen por su espíritu. Porque el espíritu de María es el espíritu de Dios, ya que Ella no se guio jamás por su propio espíritu, sino siempre por el espíritu divino, que de tal modo se hizo dueño de María, que vino a ser su propio espíritu. Qué dichosa es un alma cuando está del todo poseída y gobernada por el espíritu de María, que es un espíritu suave y fuerte, celoso y prudente, humilde e intrépido, puro y fecundo.
 
Es necesario hacer todas nuestras obras con María; es decir: que debemos en nuestras acciones mirar a María como modelo acabado de toda virtud y perfección que el Espíritu Santo ha formado en una pura criatura, para que lo imitemos, según nuestra capacidad. Es menester, pues, que en cada acción miremos cómo María la ha hecho o la haría si estuviera en nuestro lugar. Para esto debemos examinar y meditar las grandes virtudes que Ella practicó durante su vida, particularmente: primero su fe viva, por la cual creyó sin titubear la palabra del ángel, y creyó fiel y constantemente hasta el pie de la cruz;  segundo,  su humildad profunda,  que la ha hecho ocultarse, callarse, someterse a todo y colocarse siempre la última.
 
(Tratado de la Verdadera Devoción…, núms. 257- 260)
 
 
 


 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 31°.

DÍA 31°.

 




 

 Oraciones preliminares.


DE LA BONDAD Y CARIDAD, DE DIOS,
QUE SE MANIFIESTA
EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO A LOS HOMBRES




Señor, confiando en tu bondad y gran misericordia, vengo yo, enfermo, al médico: hambriento y sediento, a la Fuente de la vida; pobre, al Rey del cielo; siervo, al Señor; criatura, al Criador; desconsolado, a mi piadoso consolador.

Mas ¿de dónde a mí tanto bien, que Tú vengas a mí? ¿Quién soy yo para que te me des a Ti mismo?
¿Cómo se atreve el pecadora comparecer delante de Ti? Y Tú, ¿cómo te dignas venir al pecador?

Tú conoces a tu siervo, y sabes que ningún bien tiene por donde pueda merecer que Tú le hagas este beneficio.

Yo te confieso, pues, mi vileza, reconozco tu verdad, alabo tu piedad, y te doy gracias por tu extrema caridad. (Imitación de Cristo, libro IV, cap. 2)

Los que toman esta santa esclavitud profesarán devoción singular al gran misterio de la Encarnación del Verbo, el 25 de marzo, que es el misterio propio de esta devoción que ha sido inspirada por el Espíritu Santo:

Primero, para honrar e imitar la dependencia inefable que Dios Hijo ha querido tener respecto de María, para la gloria de Dios su Padre y para nuestra salvación, la cual dependencia se muestra particularmente en este misterio en que Jesús aparece cautivo y esclavo en el seno de la divina María, en donde depende totalmente de Ella para todas las cosas.

Segundo, para dar gracias a Dios por los favores incomparables que ha concedido a María y particularmente el de haberla escogido por su dignísima Madre, elección que ha sido hecha en este misterio.

Tales son los dos principales fines de la esclavitud de Jesús en María. Como vivimos en un siglo orgulloso, en que hay un gran número de sabios hinchados, espíritus fuertes y críticos que encuentran defectuosas las prácticas de piedad mejor fundadas y más sólidas, vale más, para no darles ocasión de crítica sin necesidad, decir la esclavitud de Jesús en María, y llamarse el esclavo de Jesucristo, que es esclavo de María, tomando la denominación de esta devoción más bien de su fin último, que es Jesucristo, que el camino y medio  para llegar a este fin,  que es María,  por más que una y otra se pueden, a la verdad, usar sin escrúpulo.

Otra razón es, que el principal misterio que en esta devoción se celebra y se honra es el misterio de la Encarnación, en el cual no se puede ver a Jesucristo sino en María y encarnado en su seno, es más a propósito decir la esclavitud de Jesús en María, según aquella hermosa plegaria de tan grandes almas: Oh Jesús que vivís en María, venid y vivid en nosotros en vuestro espíritu de santidad, etcétera.
Los que adoptan esta esclavitud dirán con gran devoción el Ave María o la salutación angélica, cuyo precio, mérito, excelencia y necesidad, pocos cristianos, aun los más ilustrados, conocen. Ha sido preciso que la Santísima virgen se haya aparecido muchas veces a grandes santos muy esclavos suyos para mostrarles tan gran mérito.

(Tratado de la Verdadera Devoción..., núms. 243, 245, 249)
 
 
 


 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 30º.

DÍA 30º.

 
 
 
 
 
  
 
 
 
 
Y sentados hacían la guardia allí. Sobre su cabeza pusieron escrita su causa: Éste es Jesús, el Rey de los judíos. Entonces fueron crucificados con Él dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
 
Los que pasaban le injuriaban, moviendo la cabeza y diciendo: Tú que destruías el templo y lo reedificabas en tres días, sálvate ahora a ti mismo; si eres hijo de Dios, baja de esa cruz.
E igualmente los príncipes de los sacerdotes, con los escribas y ancianos se burlaban y decían: Salvó a otros y a sí mismo no puede salvarse. Si es el rey de Israel, que baje ahora de la cruz y creeremos en Él. Ha puesto su confianza en Dios; que Él le libre ahora, si es que le quiere, puesto que ha dicho: Soy el Hijo de Dios. Asimismo los bandidos que con Él estaban crucificados le ultrajaban.
 
(San Mateo, cap. 27, 36-44)
 

DEL CAMINO REAL DE LA SANTA CRUZ

 
 
Esta palabra parece dura a muchos; niégate a ti mismo, toma tu cruz, y sigue a Jesús. pero mucho más duro será oír aquella postrera palabra: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno. Pues los que ahora oyen y siguen  de  buena  voluntad  la  palabra  de  la cruz, no temerán entonces oír la palabra de la eterna condenación.
 
Esta señal de la cruz estará en el cielo, cuando el Señor vendrá a juzgar.
Entonces todos los siervos de la cruz, que se conformaron en la vida con el Crucificado, se llegarán a Cristo juez con gran confianza.
 
Pues que así es, ¿por qué temes tomar la cruz, por la cual se va al reino?
En la cruz está la salud, en la cruz la vida, en la cruz está la defensa de los enemigos, en la cruz está la infusión de la suavidad soberana, en la cruz:, está la fortaleza del corazón, en la cruz está el gozo del espíritu, en la cruz está la suma virtud, en la cruz está la perfección de la santidad.
 
No está la salud del alma, ni la esperanza de la vida eterna, sino en la cruz.
 
Toma, pues, tu cruz, y sigue a Jesús, e irás a la vida eterna.
 
Él vino primero, y llevó su cruz y murió en la cruz por ti, porque tú también la lleves y desees morir en ella.
 
Porque si mueres juntamente con Él, vivirás con Él.
Y si fueres compañero de la pena, lo serás también de la gloria.
 
(Imitación de Cristo, libro II, cap. 2)
 
 
 





CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 29º.

DÍA 29º.

 
 
 
 
 
 
 

De la imitación de Cristo

 
y desprecio de todas las vanidades del mundo
Quien me sigue no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos amonesta que imitemos su vida y costumbres, si queremos verdaderamente ser alumbrados y libres de toda la ceguedad del corazón.
Sea, pues, nuestro estudio pensar en la vida de Jesús.
La doctrina de Cristo excede a la de todos los santos, y el que tuviese espíritu hallará en ella maná escondido.
Mas acaece que muchos, aunque a menudo oigan el Evangelio, gustan poco de él, porque no tienen el espíritu de Cristo.
Conviéneles que procuren conformar con él toda su vida.
¿Qué te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si no eres humilde, por donde desagradas a la Trinidad?
Por cierto, las palabras subidas no hacen santo ni justo; más la virtuosa vida hace al hombre amable a Dios.
Más deseo sentir la contrición, que saber definirla.
Si supieses toda la Biblia a la letra y los dichos de todos los filósofos, ¿qué te aprovecharía todo sin caridad y gracia de Dios?
Vanidad de vanidades, y todo vanidad, sino amar y servir solamente a Dios.
Suma sabiduría es, por el desprecio del mundo, ir a los reinos celestiales.
 
(Imitación de Cristo, libro I, cap. 1)
 
 
 


 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 28º.

DÍA 28º.






Oraciones preliminares.


Cuando Jesús hubo terminado estos discursos, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días es la Pascua y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen.
Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y, dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad y comed, éste es mi cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias, se lo dio, diciendo: Bebed de él todos, que ésta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados. Yo os digo que no beberé más de este fruto de la vid hasta el día en que lo beba con vosotros de nuevo en el reino de mi Padre.
 
Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: Sentaos aquí mientras yo voy a orar. Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y angustiarse. Entonces les dijo: Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como quieres tú. y viniendo a los discípulos, los encontró dormidos, y dijo a Pedro:
 
¿De modo que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad para que no accedáis a la tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es flaca. De nuevo, por segunda vez, fue a orar diciendo: Padre mío, si esto no puede pasar sin que yo lo beba, hágase tu voluntad. Y volviendo otra vez, los encontró dormidos; tenían los ojos cargados. Dejándolos, de nuevo se fue a orar por tercera vez, diciendo aún las mismas palabras. Luego vino a los discípulos y les dijo: Dormid ya y descansad, que ya se acerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos; ya llega el que va a entregarme.
 
(San Mateo, cap. 26, 1-2; 26-29; 36-46)






 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 27º.

DÍA 27º.








Oraciones preliminares.


Cristo, nuestro fin último




Jesucristo Nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero hombre, debe ser el fin último de nuestras devociones; a no ser así, serían falsas y engañosas. Jesucristo es el alta y el omega, el comienzo y fin de todas las cosas.
 
No trabajamos, como dice el Apóstol, más que por hacer perfecto a todo hombre en Jesucristo porque sólo en Él reside toda plenitud de la Divinidad y todas las demás plenitudes de gracia, de virtudes y de perfecciones;
 
porque sólo en Él estamos bendecidos con, toda  bendición espiritual;
porque Él es el único maestro que debe enseñamos, es
nuestro único Señor de quien debemos depender, nuestro único Jefe a quien debemos pertenecer, nuestro único Modelo a que debemos conformamos, nuestro único Médico que nos debe sanar,
nuestro único Pastor que debe alimentamos, nuestro único camino por donde debemos andar,
nuestra única Verdad que debemos creer,
nuestra única vida que debe vivificamos, y nuestro único Todo en todas las cosas
que debe bastamos.
 
No se ha pronunciado bajo el cielo otro nombre que el de Jesús por el cual debemos ser salvos. Dios no ha puesto otro fundamento de nuestra salvación, de nuestra perfección y de nuestra gloria, más que a Jesucristo; todo edificio que no está construido sobre esta piedra  firme,  está  levantado  sobre  movediza  arena, y más o menos tarde caerá infaliblemente.
 
Con Jesucristo y en Jesucristo lo podemos todo: podemos dar toda honra y gloria al Padre en unidad del Espíritu Santo, hacemos perfectos y ser para el prójimo buen olor de vida eterna.
 
Si, pues, nos entregamos a la hermosa devoción hacia la Virgen Santísima, es sólo para establecer más perfectamente el amor de Jesucristo, y de hallar un medio fácil y seguro de hallar a Jesucristo.
 
Como ya lo he demostrado, y aún demostraré más adelante, pues esta devoción nos es necesaria para hallar a Jesucristo perfectamente, para amarle tiernamente y para servirle fielmente.
 
(Tratado de la Verdadera Devoción…., núms. 61-62)





 

 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA Cuarta parte CONOCIMIENTO DE JESUCRISTO

CONOCIMIENTO DE JESUCRISTO

ORACIONES QUE SE REZARÁN DESDE EL DÍA

27º. AL 33º. INCLUSIVE

 







Actos de amor a Dios,

 
acción de gracias por las bendiciones de Jesús, contrición y resolución
Durante este período nos emplearemos en estudiar a Jesucristo. ¿Qué se tiene que estudiar de Jesucristo?
 
Primero:
 
El Hombre-Dios, su gracia y gloria; después sus derechos en el dominio soberano sobre nosotros; ya que, habiendo renunciado a Satanás y al mundo, tomamos a Jesucristo como nuestro Señor.
Segundo:
Su vida interior; las virtudes y los actos de su Sagrado Corazón; su asociación con María y los misterios de la Anunciación y Encarnación. Durante su infancia y vida oculta en la fiesta de las bodas de Caná y en el Cal- vario...
 
(Tratado de la Verdadera Devoción... núms. 12-38, 183, 212, 226-265)
 
 
 

LETANÍA DEL ESPÍRITU SANTO

(Sólo para devoción privada)



Letanías del Espíritu Santo



Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos
Cristo escúchanos
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros
Santa Trinidad un sólo Dios, ten piedad de nosotros
                                
 
Respondemos,   ten piedad de nosotros


Espíritu que procedes del Padre y del Hijo,
Espíritu del Señor, que al comienzo de la creación incubando las aguas las fecundaste,
Espíritu por cuya inspiración hablaron del Santos hombres de Dios,
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas,
Espíritu que das testimonio de Cristo,
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas,
Espíritu que fecundas a María,
Espíritu del Señor que llenas todo el orbe,
Espíritu de dios que habitas en nosotros,
Espíritu de sabiduría y entendimiento,
Espíritu de consejo y fortaleza,
Espíritu de ciencia y piedad,
Espíritu de temor del Señor,
Espíritu de gracia y misericordia,
Espíritu de fuerza, dilección y sobriedad,
Espíritu de fe, esperanza, amor y paz,
Espíritu de humildad y castidad,
Espíritu de benignidad y mansedumbre,
Espíritu de gracia multiforme,
Espíritu que escrutas los secretos de Dios,
Espíritu  que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables,
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma,
Espíritu en el cual renacemos,
Espíritu por el cual se difunde la caridad de nuestros corazones,
Espíritu de adopción de los hijos de Dios,
Espíritu que apareciste sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego,
Espíritu del que los apóstoles quedaron henchidos,
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres,
Senos propicio, perdónanos Señor
Senos propicios, escúchanos Señor,
                                

Respondemos: Líbranos Señor

De todo mal,
De todo pecado,
De las tentaciones e insidias del diablo,
De toda presunción y desesperación,
De la resistencia a la verdad conocida,
De la obstinación y de la impenitencia,
De la impureza de la mente y del cuerpo,
Del espíritu de fornicación,
De todo espíritu malo,
Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo,
Por tu concepción de Jesús, hecha por tu operación,
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán,
Por tu advenimiento sobre los discípulos,
En el día del juicio,
                                   

Respondemos: Te rogamos óyenos


Nosotros pecadores,
Para que, así como vivimos por el Espíritu obremos también por el Espíritu,
Para que recordando que somos templo del Espíritu Santo, no los profanemos,
Para que viviendo según el Espíritu, no accedamos a los deseos de la carne,
Para que por el Espíritu mortifiquemos las obras de la carne,
Para que no te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios,
Para que seamos solícitos en guardar la unidad de espíritu en el vínculo de la paz,
Para que no creamos a todo espíritu,
Para que sepamos discernir los espíritus, si son o no de Dios,
Para que renueves en nosotros el espíritu de rectitud,
Para que nos confirmes por el Espíritu soberano,

Cordero de Dios que quitas los pecado del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.


Oremos:  Te pedimos, Señor, que nos asista la fuerza del Espíritu Santo para que purifique convenientemente nuestros corazones y nos preserve de todo mal. Por Jesucristo nuestro señor. Amén.

 

Ave Maris Stella



Salve, Estrella del mar, Madre, que diste a luz a Dios, quedando perpetuamente Virgen, feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave De labios de Gabriel, cimiéntanos en la paz, trocando el nombre de Eva.
Suelta las prisiones a los reos, da lumbre a los ciegos, ahuyenta nuestros males, recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
reciba por tu mediación nuestras plegarias el que nacido por nosotros,
se dignó ser tuyo.

Virgen singular, sobre todos suave,
haz que libres de culpas, seamos suaves y castos.

Danos una vida pura, prepara una senda segura, para que, viendo a Jesús, eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre, loor a Cristo altísimo
y al Espíritu Santo:
a los tres un solo honor. Amén.
 
 
 
 

LETANÍA DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS

 
 
Señor, ten piedad de nosotros.       
(bis) Cristo, ten piedad de nosotros.      
(bis) Señor, ten piedad de nosotros.       
(bis) Jesús, óyenos.                        
 Jesús, óyenos.
Jesús, escúchanos.                
Jesús, escúchanos.
Dios, Padre celestial,           
                                                       
Respondemos: ten piedad de nosotros.
íd. Dios, Hijo, Redentor del mundo,          
íd. Dios, Espíritu Santo,                            
íd. Dios santo, trino y uno,                        
íd. Jesús hijo de Dios vivo,                        
íd. Jesús, resplandor del Padre,                
íd. Jesús, candor de la luz eterna,             
íd. Jesús, rey de la gloria,                         
íd. Jesús, sol de justicia,                            
íd. Jesús, Hijo de la Virgen María,           
íd. Jesús, amable,                                      
íd. Jesús, admirable,                                  
íd. Jesús, Dios fuerte,                                
íd. Jesús, Padre del siglo futuro,               
íd. Jesús, ángel del gran consejo,              
íd. Jesús, poderosísimo,                             
íd. Jesús, obedientísimo,                            
íd. Jesús, manso y humilde de corazón,    
íd. Jesús, amador de la castidad,              
íd. Jesús, amador nuestro,                         
íd. Jesús, Dios de paz,                               
íd. Jesús, autor de la vida,                         
íd. Jesús, modelo de virtudes,                    
íd. Jesús, celador de las almas,                 
íd. Jesús, Dios nuestro,                              
íd. Jesús, refugio nuestro,                          
íd. Jesús, padre de los pobres,                  
íd. Jesús, tesoro de los fieles,                    
íd. Jesús, buen pastor,                               
íd. Jesús, luz verdadera,                            
íd. Jesús, sabiduría eterna,                        
íd. Jesús, bondad infinita,                          
íd. Jesús, camino y vida nuestra,               
íd. Jesús, gozo de los ángeles,                   
íd. Jesús, rey de los patriarcas,                 
íd. Jesús, maestro de los apóstoles,           
íd. Jesús, doctor de los evangelistas,        
íd. Jesús, fortaleza de los mártires,           
íd. Jesús, luz de los confesores,                 
íd. Jesús, pureza de las vírgenes,              
íd. Jesús, corona de todos los santos,       
íd.Sednos propicio,
perdónanos, Jesús.
Sednos propicio,                 
escúchanos, Jesús.
                           
 
Respondemos: líbranos, Jesús.
 
íd. De todo mal, 
íd. De todo pecado,                                           
íd. De tu ira,                                                     
íd. De los lazos del demonio,                           
íd. Del espíritu de fornicación,                        
íd. De la muerte eterna,                                   
íd. Del desprecio de tus inspiraciones,            
íd. Por el misterio
de tu santa encarnación,                 
íd. Por tu nacimiento,                                      
íd. Por tu infancia,                                           
íd. Por tu vida divina,                                      
íd. Por tus trabajos,                                         
íd. Por tu pasión y gloria,                                
íd. Por tu cruz y desamparo,                            
íd. Por tus angustias,                                       
íd. Por tu muerte y sepultura,                          
íd. Por tu resurrección,                                    
íd. Por tu ascensión,                                        
íd. Por tus gozos,                                              
íd. Por tu gloria,                                              
íd.Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, Jesús, perdónanos.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, Jesús, escúchanos.
Cordero de Dios, que borras los pecados del mundo, Jesús, ten piedad de nosotros.
 
Jesús, óyenos.
Jesús, óyenos.
Jesús, escúchanos.
Jesús, escúchanos.
 
V. Bendito sea el nombre del Señor.
R. Ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
 
 

ORACIÓN

 
 
Señor Jesucristo, que dijiste: Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; te suplicamos derrames sobre nosotros la ternura de tu divino amor, a fin de que amándote de todo corazón, con palabra y con obras, nunca cesemos de alabarte. Haz, Señor, que temamos y amemos también perpetuamente tu santo nombre, porque jamás abandona tu providencia a los que proteges con la fortaleza de tu amor. Que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 
 
 
 

ORACIÓN DE MONTFORT A JESUCRISTO

 
 
 
Dejadme, amabilísimo Jesús mío, que me dirija a Vos, para atestiguaras mi reconocimiento por la merced que me habéis hecho con la devoción de la Esclavitud, dándome a vuestra Santísima Madre para que sea Ella mi abogada delante de vuestra Majestad, y en mi grandísima miseria mi universal suplemento. ¡Ay,  Señor!  tan miserable soy,  que sin esta buena Madre, infaliblemente me hubiera perdido.
 
Sí, que a mí me hace falta María, delante de Vos y en todas partes; me hace falta para calmar vuestra justa cólera, pues tanto os he ofendido y todos los días os ofendo; me hace falta para detener los eternos y merecidos castigos con que vuestra justicia me amenaza, para pediros, para acercarme a Vos y para daros gusto; me hace falta para salvar mi alma y la de otros; me hace falta, en una palabra, para hacer siempre vuestra voluntad, buscar en todo vuestra mayor gloria.
 
¡Ah, si pudiera yo publicar por todo el universo esta misericordia que habéis tenido conmigo! ¡Si pudiera hacer que conociera todo el mundo que si no fuera por María estaría yo condenado! ¡Si yo pudiera dignamente daros las gracias por tan grande beneficio! María está en mí.
Haec facta est mihi. ¡Oh, qué tesoro! ¡Oh, qué consuelo! Y, de ahora en adelante, ¿no seré todo para Ella?
¡Oh, qué ingratitud! Antes la muerte. Salvador mío queridísimo, que permitáis tal desgracia, que mejor quiero morir que vivir sin ser todo de María. Mil y mil veces, como San Juan Evangelista al pie de la cruz, la he tomado en vez de todas mis cosas.
 
¡Cuántas veces me he entregado a Ella! Pero si todavía  no he hecho  esta  entrega  a  vuestro gusto, la hago  ahora,  mi Jesús  querido,  como  vos  queréis  la haga. Y si en mi alma o en mi cuerpo veis alguna cosa que no pertenezca a esta Princesa augusta, arrancadla, os ruego arrojadla lejos de mí; que no siendo de María, indigna es de Vos.
 
¡Oh, Espíritu Santo! Concededme todas las gracias, plantad, regad y cultivad en mi alma el árbol de la vida verdadero, que es la amabilísima María, para que crezca y florezca y dé con abundancia el fruto de vida.
 
¡Oh, Espíritu Santo! Dadme mucha devoción y mucha afición a María; que me apoye mucho en su seno maternal, y recurra de continuo a su misericordia, para que en ella forméis dentro de mí a Jesucristo, al natural, crecido y vigoroso hasta la plenitud de su edad perfecta. Amén.
 
Oh, Jesús, que vives en María
Ven, ¡Oh Jesús!, que vives en María; ven a vivir y reinar en nosotros, que tu vida se exprese en nuestra vida para vivir tan sólo para Ti.
Forja en nuestra alma, ¡oh, Cristo!, tus virtudes, tu Espíritu divino y santidad, tus máximas perfectas y tus normas y el ardor de tu eterna caridad.
Danos parte, Señor, en tus misterios para que te podamos imitar; tú que eres Luz de Luz, danos tus luces, y en pos de ti podremos caminar.
 
Reina,  Cristo,  en  nosotros  por  tu  Madre,  sobre el demonio y la naturaleza, en virtud de tu nombre soberano, para la gloria del Padre celestial. Amén.
 
 


 
 

17_01_08

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 26º.

DÍA 26º.






Oraciones preliminares


Si queréis comprender a la Madre, dice un santo, comprended al Hijo, pues es una Madre digna de Dios: Que aquí toda lengua enmudezca. Para demostrar que la divina María ha estado desconocida hasta ahora, y que es una de las razones por las cuales Jesucristo no es conocido como debe serio.
Si, pues, como es cierto, el reino de Jesucristo ha de venir al mundo, no será sino consecuencia necesaria del conocimiento del reino de la Santísima Virgen María, que le trajo al mundo la vez primera y le hará resplandecer en la segunda venida.
 
Confieso con toda la Iglesia que no siendo María sino una pura criatura salida de las manos del Altísimo, comparada con la Majestad infinita es menos que un átomo, o más bien nada, puesto que sólo Dios es quien es, y por consiguiente, confieso que este gran Señor, Ser soberano y absoluto, ni ha tenido ni ahora tiene necesidad alguna de la Santísima Virgen para hacer su voluntad santísima y para manifestar su gloria. Basta que Dios quiera, para que todo se haga. Digo, sin embargo, que así y todo, habiendo querido Dios empezar y concluir sus más grandes obras por la Santísima Virgen des- de que la formó,  es de creer que no  cambiará  de  conducta     en  el  transcurso  de  los transcursos de los siglos, pues es Dios y no varía en sus sentimientos ni en su proceder.
 
María es la Reina del cielo y de la tierra por la gracia, como Jesús es Rey por naturaleza y por conquista; pues el reino de Jesucristo consiste principalmente en el corazón y en el interior del hombre, según estas palabras: "El reino de Dios está dentro de vosotros", del mismo modo el reino de la Santísima Virgen está principalmente en el interior del hombre, es decir, en las almas, y en las almas es en donde principalmente está más glorificada con su Hijo que en todas las criaturas visibles, y podemos llamarla con los santos, Reina de los corazones.

(Tratado de la Verdadera Devoción..., núms. 12-38)





 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 25º.

DÍA 25º.

 
 
 
 
 
 
 

Efectos maravillosos de esta devoción



Persuadíos de que si sois fieles a las prácticas interiores y exteriores de esta devoción, que os vaya marcar a continuación, tendrán lugar los efectos siguientes:

Efecto 1º:

El Espíritu Santo os dará por María, su amada Esposa, luz para conocer lo malo de vuestro fondo, vuestra corrupción y vuestra incapacidad para todo bien, si Dios no es su principio, como autor de la naturaleza y de la gracia, y por consecuencia de este conocimiento os despreciaréis y no pensaréis en vosotros sino con horror.
 
En fin, la humilde María os hará partícipes de  su profunda humildad, la que os hará,   despreciándoos, que no despreciéis a nadie y deseéis que os menosprecien.

Efecto 2º.

La Santísima Virgen os dará parte de su fe, que fue sobre la tierra  más grande  que la fe de todos los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles y de todos los santos.

Efecto 3º:

Esta Madre del Amor Hermoso quitará de vuestro corazón todo escrúpulo, todo temor servil y desarreglado.

Efecto 4º:

La Santísima Virgen os llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma porque ya no os acercaréis a Jesucristo por vosotros mismos sino por medio de esta buena Madre.

Efecto 5º:

El alma de la Santísima Virgen se os comunicará para glorificar al Señor. Su espíritu entrará en el lugar del vuestro, para regocijarse en Dios, su Salvador, siempre que seáis fieles a las prácticas de esta devoción.

Efecto 6º:

Si cultivamos bien a María, que es el árbol de la vida en nuestra alma, siguiendo con fidelidad la práctica de esta devoción, Ella dará su fruto en su tiempo, y este fruto suyo es Jesucristo.

Efecto 7º:

Por medio de esta práctica, fidelísimamente observada, daréis a Jesucristo más gloria en un mes, que de ninguna otra manera, por más difícil que sea, en muchísimos  años. 

(Tratado  de  la  Verdadera  Devoción, núms. 213-225)
 
 
 


 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 24º.

DÍA 24º.








Oraciones preliminares



Esta devoción es un camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Dios que es la perfección cristiana.

Es un camino fácil:

Es un camino que Jesús ha recorrido viniendo a nosotros, y en que no se encuentra ningún tropiezo para llegar a Él. Es verdad que es posible llegar a la unión con Dios por otros caminos, pero será pasando por muchas más cruces y extraños desfallecimientos, y al través de muchas más dificultades, penosísimas de vencer.

Es un camino corto:

Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino corto para hallar a Jesucristo, ya sea  porque  en él  no hay  extravíos,  ya sea  por que,  como  acabo  de  decir,  por él  se camina con más gozo y facilidad y,  por tanto,  con más prontitud. Se avanza más en poco tiempo de sumisión y de dependencia de María, que en años enteros de propia voluntad y de apoyo sobre sí mismo.

Es un camino perfecto:

Esta devoción a la Santísima Virgen es una senda perfecta para ir a unirse a Jesucristo, toda vez que la divina María es la más perfecta y la más santa de las puras criaturas, y que Jesucristo que vino
perfectamente a nosotros, no tomó otro camino para su grande y admirable viaje. El Altísimo, el Incomprensible, el Inaccesible, El que es, ha querido venir a nosotros, pequeños gusanos de la tierra que nada somos.
¿Cómo se ha obrado esto? El Altísimo ha descendido perfecta y divinamente por María hasta nosotros sin perder nada de su divinidad y de su santidad, y por María deben los más pequeños subir perfecta y divinamente al Altísimo sin temor alguno.

Es un camino seguro:

Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino seguro para ir a Jesucristo y adquirir la perfección uniéndose a Él. Porque esta práctica que enseño, no es nueva; es tan antigua, que no se pueden marcar sus principios. Y no se la podría condenar sin trastornar los fundamentos del cristianismo.  Consta, pues, en conclusión, que esta devoción no es nueva, y que si bien no es común, consiste esto en que es demasiado preciosa para ser saboreada  y  practicada  por todo el  mundo.  Esta devoción es un medio seguro para ir a Nuestro Señor, porque es propio de la Santísima Virgen el conducirnos seguramente a Jesucristo, como lo es de Jesucristo llevarnos seguramente al Padre Eterno.

(Tratado de la Verdadera Devoción... núms.152- 164)





 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 23º.

DÍA 23º.


 
 
 
 

 En qué consiste la perfecta consagración
a Jesús por María


Toda vez que nuestra perfección consiste en estar conformes, unidos y consagrados a Jesucristo, la más perfecta de todas las devociones es, sin duda alguna, la que nos conforma, une y consagra más perfectamente a este acabado modelo de toda santidad; y pues que María es entre todas las criaturas la más conforme a Jesucristo, es consiguiente que entre todas las devociones, la que consagra y conforma más un alma a Nuestro Señor, es la devoción a la Santísima Virgen, su Santa Madre, y cuanto más se consagre un alma a María, más se unirá con Jesucristo, y, he aquí por qué la perfecta consagración a Jesucristo no es otra cosa que una perfecta y entera consagración de sí mismo a la Santísima Virgen, y ésta es la devoción que yo enseño; o con otras palabras, una perfecta
renovación de los votos y promesas del santo bautismo.
Consiste, pues, esta devoción en entregarse enteramente a la Santísima Virgen para ser todo de
Jesucristo por medio de María. Es menester entregarse: primero, nuestro cuerpo con todos sus sentidos y sus miembros; segundo, nuestra alma con todas sus potencias; tercero, nuestros bienes exteriores, o sea nuestra fortuna presente y futura; cuarto, nuestros bienes interiores y espirituales, o sea nuestros méritos, nuestras virtudes y nuestras buenas obras pasadas, presentes y futuras; en una palabra: todo lo que tenemos  en el orden de la naturaleza  y en el orden de la gracia, y todo  lo  que  lleguemos  a tener  en  lo porvenir  en el orden de la naturaleza, de la gracia y de la gloria, y esto sin reserva ninguna, ni de un céntimo, ni de un cabello, ni de la menor buena obra, y además por toda la eternidad, y sin pretender ni esperar ninguna otra recompensa de nuestra ofrenda y de nuestros servicios, que la honra de pertenecer a Jesucristo por María y en María, aun cuando esta amable Señora no fuere, como lo es siempre, la más liberal y reconocida de las criaturas.
 
(Tratado de la Verdadera De- voción… núms. 120-121)
 
 
 


 

CONSAGRACION TOTAL A MARIA DÍA 22º.

DÍA 22º.

 
 
 
 
 
 
 
 
 

Sus caracteres

Interior:

La verdadera devoción a Nuestra Señora es interior: es decir, debe partir del espíritu y del corazón; nace dicha devoción de la estima que se hace de la Virgen, de la alta idea que uno se ha formado de sus grandezas y del amor que se le tiene.

Tierna:

Es tierna,  es decir,  llena  de confianza  en la Santísima Virgen, como la de un niño para con su buena madre. Esta devoción es la que hace que un alma recurra a Ella en todas sus necesidades de cuerpo y espíritu con mucha sencillez, confianza y ternura.

Santa:

Esta  devoción  a  nuestra Señora  es  santa: es decir, que conduce a un alma a evitar el pecado y a imitar las virtudes de la Santísima Virgen en particular, la humildad profunda, la fe viva, la ciega obediencia, la continua oración, su universal mortificación,  la  pureza  incomparable,  la  caridad  ardiente,  la heroica paciencia, la dulzura angelical y la divina sabiduría. Tales son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen.

Constante:

Es constante, es decir, afirma a un alma en el bien y la lleva a no abandonar fácilmente las prácticas de devoción; la hace animosa para oponerse al mundo, y sus costumbres y sus máximas, a la carne con sus apetitos y sus pasiones, y al demonio en sus tentaciones: de modo que una persona verdaderamente devota a la Santísima Virgen no es mudable, melancólica, escrupulosa ni medrosa.

Desinteresada:

La verdadera devoción  a Nuestra Señora es desinteresada; es decir, inspira a un alma que no se busque a sí misma; sino sólo a Dios en su Santísima Madre. Un verdadero devoto de María no ama a esta augusta Reina por espíritu de lucro y de interés, ni por su bien temporal ni espiritual, sino únicamente porque merece ser servida, y Dios sólo en Ella.

(Tratado de la Verdadera Devoción… núms. 105-110)