17_07_15

CONSAGRACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN



El devoto de la Virgen del Carmen procurará cada día -cuando mejor pueda- hacer esta consagración a su Madre:
"! Oh, María, Reina y Madre del Carmelo! Vengo hoy a consagrarme a Ti, pues toda mi vida es como un pequeño tributo por tantas gracias y beneficios como he recibido de Dios a través de tus manos.
Y porque Tú miras con ojos de particular benevolencia a los que visten tu escapulario, te ruego que sostengas con tu fortaleza mi fragilidad, ilumines con tu sabiduría las tinieblas de mi mente y aumentes en mi la fe, la esperanza y la caridad, para que cada día pueda rendirle el tributo de mi humilde homenaje.
El santo escapulario atraiga sobre mí tus miradas misericordiosas, sea para mi prenda de tu particular protección en luchas de cada día y constantemente me recuerdes el deber de pensar en Ti y revestirme de tus virtudes.
De hoy en adelante me esforzaré por vivir en suave unión con tu espíritu, ofrecerlo todo a Jesús por tu medio y convertir mi vida en imagen de tu humildad, caridad, paciencia, mansedumbre y espíritu de oración.
¡Oh, Madre amabilísima! Sosténme con tu amor indefectible, a fin de que a mí, pecador indigno, me sea concedido un día cambiar tu escapulario por el eterno vestido nupcial y habitar contigo y con los santos del Carmelo en el reino de tu Hijo". Amén




SALUDAMOS A TODOS LOS PUEBLOS DE AMÉRICA Y ESPAÑA DONDE SE CELEBRA CON GOZO, FERVOR Y SOLEMNIDAD A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN



El Escapulario







Desde Colombia un resumen de la devoción Carmelitana







Desde España







Desde Bolivia







Desde Lima, Perú







Desde Colombia








Desde Chile

Pueblo de la Tirana







Santuario Nacional Maipú, Santiago






17_07_14

NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN, DÍA 9




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías o el Santo Rosario)



ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.



El Cruce de la Cordillera de Los Andes      


              


“Después de que el Capitán Dagoberto Godoy cruzó la Cordillera de los Andes en una travesía área, desde Santiago a Mendoza, el 12 de diciembre de 1918, el aviador Armando Cortínez, repitió la odisea, esta vez de ida y vuelta... y sin el permiso correspondiente.
El 5 de abril de 1919 despegó de Santiago. No poseía siquiera todos los instrumentos necesarios. La brújula, el instrumento indicador del camino, sería entonces, una imagen de la Virgen del Carmen.

Cumplió su objetivo.

El júbilo en Mendoza, por la llegada del segundo avión trasandino, y en Chile por la nueva audacia de un compatriota, hizo que las autoridades militares responsables, olvidaran la desobediencia; y le permitieran regresar en la misma máquina.
La imagen que lo guió de ida, lo traería, también, de vuelta.
En ese segundo viaje, tres veces vio en peligro por desperfectos en el motor. Se fijó con confianza en la Sagrada Imagen y, poco a poco, esos imprevistos se solucionaron solos.” 



 Lectura: San Lucas 1, 39 – 55
En aquellos días, se puso en camino María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
 En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;  y ¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor? Porque apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!"
 Y dijo María: "Alaba mi alma la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la pequeñez de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor cosas grandes el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los de corazón altanero. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos con las manos vacías. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como había anunciado a nuestros padres, en favor de Abrahán y de su linaje por los siglos."
  María se quedó con ella unos tres meses, y luego se volvió a su casa.



ORACIÓN FINAL A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
(Monseñor Ramón Ángel Jara) 




¡Oh Virgen Santísima del Carmen!. Llenos de la más tierna confianza como hijos que acuden al corazón de su madre, nosotros venimos a implorar una vez más los tesoros de misericordia que con tanta solicitud nos habéis siempre dispensado. 

Reconocemos humildemente que uno de los mayores beneficios que Dios ha concedido a nuestra Patria, ha sido señalaros a Vos por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina. Por eso a Vos clamamos en todos nuestros peligros y necesidades seguros de ser benignamente escuchados. Vos sois la Madre de la Divina Gracia, conservad puras nuestras almas; sois la Torre poderosa de David. defended el honor y la libertad de nuestra Nación; sois el refugio de los pecadores, tronchad las cadenas de los esclavos del error y del vicio; sois el consuelo de los afligidos, socorred a las viudas, a los huérfanos y desvalidos; sois el auxilio de los cristianos, conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia, en especial a sus Obispos, sacerdotes y religiosos. 

Desde el trono de vuestra gloria atended a nuestras súplicas, ¡oh Madre del Carmelo! Abrid vuestro manto y cubrid con él a esta República de Chile, de cuya bandera Vos sois la estrella luminosa. Os pedimos el acierto para los magistrados, legisladores y jueces; la paz y piedad para los matrimonios y familias; el santo temor de Dios para los maestros; la inocencia para los niños; y para la juventud, una cristiana educación. 

Apartad de nuestras ciudades los terremotos incendios y epidemias; alejad de nuestros mares las tormentas, y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed el escudo de nuestros guerreros, el faro de nuestros marinos y el amparo de los ausentes y viajeros. Sed el remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protectora especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio. 

¡Oídnos pues, Reina y Madre Clementísima! Y haced que viviendo unidos en la vida por la confesión de una misma fe y la práctica de un mismos amor al Corazón Divino de Jesús, podamos ser trasladados de esta patria terrenal a la patria inmortal del cielo, en que os alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos. Amén.







GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN

(Se han rezado en Chile, desde antes de 1837, 
sobre todo los días Miércoles)

Pues la eterna Majestad,
Nos dio en Vos tanto consuelo,
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, gran Señora, 
A quien el cielo y la tierra 
Por su gran reina venera, 
Y reverencia, y honora; 
Pues vuestro poder implora 
De reina, nuestra humildad. 
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, Virgen Madre, 
Tan tierna y tan amorosa, 
Que siempre os ven cariñosa 
Los hijos del primer padre; 
Y pues vuestro pecho abre 
Los tesoros de bondad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Eva y Adán, delincuentes 
Se hicieron por el pecado, 
Y como herencia han dejado 
La muerte a sus descendientes; 
Pero vos de los vivientes 
Sois vida con propiedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Sois del alma la dulzura 
Que la embelesa y encanta, 
Y sus potencias levanta 
A admirar vuestra hermosura; 
Para que nuestra amargura 
Temple vuestra suavidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Vos sois la Ester toda hermosa, 
De vuestro pueblo esperanza 
Que a librar por Vos alcanza 
De la muerte rigurosa; 
Y pues sois tan poderosa 
Con la Augusta Majestad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Los hijos de Eva ocurrimos 
Y en vuestro amparo esperamos, 
En el destierro en que estamos, 
Esa patria que perdimos 
Que nos alcancéis pedimos 
Nuestra amada libertad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

A Vos Madre, suspiramos, 
Con gemidos y sollozos, 
Porque no puede haber gozos 
En el valle en que lloramos; 
Y pues por vos esperamos 
Consuelo en nuestra orfandad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Ea, pues, Madre piadosa, 
Que vuestros ojos divinos, 
De estos pobres peregrinos 
Sean luz clara y hermosa; 
Y pues es tan tenebrosa 
Del mundo la obscuridad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Templad con vuestra clemencia 
De Jesús la indignación, 
Y haced que sin confusión 
Lleguemos a su presencia; 
Para que nuestra sentencia 
Salga con felicidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

¡Oh Protectora divina!, 
¡Oh consuelo celestial!, 
¡Oh refugio universal!, 
¡Oh belleza peregrina!, 
Pues del alma medicina 
Sois en toda enfermedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

V.- Ruega por nosotros Madre de Dios del Carmelo

R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.



Canto


VIRGEN DEL CARMEN BELLA.

Virgen del Carmen bella,
Madre del Salvador;
de tus amantes hijos
oye el cantar de amor.

DIOS TE SALVE MARÍA
DEL CARMEN BELLA FLOR;
ESTRELLA QUE NOS GUÍAS
HACIA EL SOL DEL SEÑOR.

Junto a ti nos reúnes,
nos llamas con tu voz:
quieres formar de Chile
un pueblo para Dios.

Somos un pueblo en marcha,
en busca de la luz:
guíanos Madre nuestra,
llévanos a Jesús.

Haznos cristianos, Madre,
cristianos de verdad:
gente de fe sincera,

de viva caridad.









NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN DÍA 8




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías o el Santo Rosario)



ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.





 El Padre Hurtado y la Virgen del Carmen                                  

                           
“Su relación con María era muy cercana y tierna. En su diario espiritual aparecen líneas como las siguientes: “¡...qué ingrato he sido con la Santísima Virgen! Cómo he acudido a ella en demanda de favores y luego no se los reconocía y no confesaba que por Ella me habían venido”. La reflexión sobre la vida oculta de la Sagrada Familia en Nazaret es para él un impulso a la afectividad y a la laboriosidad. “La Santísima Virgen me asiste en mis luchas”. “¡Cómo me regala esa Madre!”
"El 25 de Julio pregunta a Marta Holley acerca de su devoción a María y le dice: “La Virgen es la ‘Mamita’. Ámela con toda el alma, es la madre de Cristo y la dispensadora de todas las gracias. Entréguese a ella para que la guíe hacia Dios, siéntase una niñita a su lado. Es nuestra madre”. Cuenta que el Padre la impulsaba a la santidad, diciéndole que le pida a Dios quemar todo lo que no sea El. Le insiste en la necesidad de una gran devoción a la Virgen, y que le pida a ella aprender a querer." 5
De ello nos habla en esta prédica: "He pensado tantas veces cuando veo el Mes de María lleno de gente, y el día de la Procesión del Carmen, esa gente hambrienta de verdad, ¿cuál es nuestro deber ante ella? Primero, dar ejemplo de integridad de vida cristiana, no acomodarnos al mundo sino que éste se acomode a María. En las conversaciones, caridad: que nuestras palabras sean bondadosas, tiernas y cariñosas. Al mundo le gusta la francachela, nada más que diversión; nosotros no seremos obstáculo, pero pondremos la nota de austeridad y trabajo. No podemos tener devoción a ella y faltar a la caridad, no haciendo nada por solucionar la miseria humana.
Estos días me ha tocado vivir ahogado en la miseria, asediado por el miserable que no tiene nada, absolutamente nada. ¿Adónde va hoy un hombre que tenga hambre y no tenga que comer? Ayer una mujer joven, decentemente vestida, me decía: "Padre, no he desayunado esta mañana, me han pedido la pieza, tengo cinco hijos, ¿dónde me voy?... ". Un pobre, preso por vago, la sociedad no le da techo ni trabajo y lo encierra por andar vagando. Estamos empapados en una miseria que ha llegado al último extremo. Sé de gente que pasa tres y cuatro días sin comer.
Nuestra devoción a la Virgen, ¿no debería llevarnos a preguntar cómo podemos solucionar este problema? Nuestra devoción vacía y piedad estéril; en vano vuestra Madre se aparece a los pobres si vosotros no dais caridad. La primera manifestación de amor que sea caridad en palabra, juicios, desprendimiento, en obras de justicia.” 

(“Cuadernos de Espiritualidad 160 – Noviembre - Diciembre   2006”, Josefina Errázuriz. Prédica pronunciada en el Mes de María de 1950 por el Padre Alberto Hurtado.)



 Lectura: San  Juan 2, 1 – 11
Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús.
 Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos.
Y no tenían vino, porque se había acabado el vino de la boda. Le dice a Jesús su madre: "No tienen vino." Jesús le responde: "¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora."
 Dice su madre a los sirvientes: "Haced lo que él os diga."
 Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una.
 Les dice Jesús: "Llenad las tinajas de agua." Y las llenaron hasta arriba. "Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala." Ellos lo llevaron.
 Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: "Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora."
 Tal comienzo de los signos hizo Jesús, en Caná de Galilea, y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos.
 Después bajó a Cafarnaún con su madre y sus hermanos y sus discípulos, pero no se quedaron allí muchos días.



ORACIÓN FINAL A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
(Monseñor Ramón Ángel Jara) 


¡Oh Virgen Santísima del Carmen!. Llenos de la más tierna confianza como hijos que acuden al corazón de su madre, nosotros venimos a implorar una vez más los tesoros de misericordia que con tanta solicitud nos habéis siempre dispensado. 

Reconocemos humildemente que uno de los mayores beneficios que Dios ha concedido a nuestra Patria, ha sido señalaros a Vos por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina. Por eso a Vos clamamos en todos nuestros peligros y necesidades seguros de ser benignamente escuchados. Vos sois la Madre de la Divina Gracia, conservad puras nuestras almas; sois la Torre poderosa de David. defended el honor y la libertad de nuestra Nación; sois el refugio de los pecadores, tronchad las cadenas de los esclavos del error y del vicio; sois el consuelo de los afligidos, socorred a las viudas, a los huérfanos y desvalidos; sois el auxilio de los cristianos, conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia, en especial a sus Obispos, sacerdotes y religiosos. 

Desde el trono de vuestra gloria atended a nuestras súplicas, ¡oh Madre del Carmelo! Abrid vuestro manto y cubrid con él a esta República de Chile, de cuya bandera Vos sois la estrella luminosa. Os pedimos el acierto para los magistrados, legisladores y jueces; la paz y piedad para los matrimonios y familias; el santo temor de Dios para los maestros; la inocencia para los niños; y para la juventud, una cristiana educación. 

Apartad de nuestras ciudades los terremotos incendios y epidemias; alejad de nuestros mares las tormentas, y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed el escudo de nuestros guerreros, el faro de nuestros marinos y el amparo de los ausentes y viajeros. Sed el remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protectora especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio. 

¡Oídnos pues, Reina y Madre Clementísima! Y haced que viviendo unidos en la vida por la confesión de una misma fe y la práctica de un mismos amor al Corazón Divino de Jesús, podamos ser trasladados de esta patria terrenal a la patria inmortal del cielo, en que os alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos. Amén.





GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN

(Se han rezado en Chile, desde antes de 1837, 
sobre todo los días Miércoles)

Pues la eterna Majestad,
Nos dio en Vos tanto consuelo,
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, gran Señora, 
A quien el cielo y la tierra 
Por su gran reina venera, 
Y reverencia, y honora; 
Pues vuestro poder implora 
De reina, nuestra humildad. 
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, Virgen Madre, 
Tan tierna y tan amorosa, 
Que siempre os ven cariñosa 
Los hijos del primer padre; 
Y pues vuestro pecho abre 
Los tesoros de bondad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Eva y Adán, delincuentes 
Se hicieron por el pecado, 
Y como herencia han dejado 
La muerte a sus descendientes; 
Pero vos de los vivientes 
Sois vida con propiedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Sois del alma la dulzura 
Que la embelesa y encanta, 
Y sus potencias levanta 
A admirar vuestra hermosura; 
Para que nuestra amargura 
Temple vuestra suavidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Vos sois la Ester toda hermosa, 
De vuestro pueblo esperanza 
Que a librar por Vos alcanza 
De la muerte rigurosa; 
Y pues sois tan poderosa 
Con la Augusta Majestad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Los hijos de Eva ocurrimos 
Y en vuestro amparo esperamos, 
En el destierro en que estamos, 
Esa patria que perdimos 
Que nos alcancéis pedimos 
Nuestra amada libertad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

A Vos Madre, suspiramos, 
Con gemidos y sollozos, 
Porque no puede haber gozos 
En el valle en que lloramos; 
Y pues por vos esperamos 
Consuelo en nuestra orfandad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Ea, pues, Madre piadosa, 
Que vuestros ojos divinos, 
De estos pobres peregrinos 
Sean luz clara y hermosa; 
Y pues es tan tenebrosa 
Del mundo la obscuridad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Templad con vuestra clemencia 
De Jesús la indignación, 
Y haced que sin confusión 
Lleguemos a su presencia; 
Para que nuestra sentencia 
Salga con felicidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

¡Oh Protectora divina!, 
¡Oh consuelo celestial!, 
¡Oh refugio universal!, 
¡Oh belleza peregrina!, 
Pues del alma medicina 
Sois en toda enfermedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

V.- Ruega por nosotros Madre de Dios del Carmelo

R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.



Canto


VIRGEN DEL CARMEN BELLA.

Virgen del Carmen bella,
Madre del Salvador;
de tus amantes hijos
oye el cantar de amor.

DIOS TE SALVE MARÍA
DEL CARMEN BELLA FLOR;
ESTRELLA QUE NOS GUÍAS
HACIA EL SOL DEL SEÑOR.

Junto a ti nos reúnes,
nos llamas con tu voz:
quieres formar de Chile
un pueblo para Dios.

Somos un pueblo en marcha,
en busca de la luz:
guíanos Madre nuestra,
llévanos a Jesús.

Haznos cristianos, Madre,
cristianos de verdad:
gente de fe sincera,

de viva caridad.




17_07_10

NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN, DÍA 7




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías o el Santo Rosario)



ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.



Teresita de los Andes y la Virgen del Carmen                     


Santa Teresa de los Andes, nuestra primera santa nos habla en estos textos autobiográficos de su entrega en amor y sacrificio como carmelitana:
“El Carmen se me presenta con todos los atractivos para llenar mi alma; además, el Señor me ha manifestados tantas veces que sea Carmelita; y cuando estoy en la oración, Nuestro Señor me dice que me ha escogido para esa vida tan perfecta y de tanta unión con Él porque me ama mucho entre las escogidas de su Divino Corazón. A María le dijo que había escogido la mejor parte, aunque Marta le servía con amor. La Santísima Virgen, mi Madre, fue una perfecta Carmelita, vivió siempre contemplando a su Jesús, sufriendo y amando. Nuestro Señor vivió treinta años de su vida en el silencio y en la oración, y sólo los tres últimos los dedicó a evangelizar.
  La vida de la Carmelita consiste en amar, contemplar y sufrir. Vive sola con su Dios; entre ella y Él no hay criaturas, no hay mundo, no hay nada, pues su alma alcanza la perfección por la contemplación y el sufrimiento. Contempla sólo a Dios y, como los ángeles en el cielo, entona las alabanzas del Ser por excelencia. La soledad, el aislamiento de todo lo de la tierra, la pobreza en que vive, son medios poderosos que favorecen la contemplación del Dios – Amor.
  La Carmelita sufre en silencio angustias del espíritu que quizás son más terribles que las del cuerpo... Se ve desechada, desamparada. ¿Hay acaso mayor sufrimiento para un alma que todo lo ha abandonado por seguir al Dios que ama, que verse sola sin Él?”



 Lectura: Romanos 8, 18 – 23
“Entiendo, por lo demás, que los sufrimientos del tiempo presente no pueden compararse con la gloria que un día se nos manifestará. Porque la creación misma espera anhelante que se manifieste lo que serán los hijos de Dios. Condenada al fracaso, no por su propia voluntad, sino por aquel que así lo dispuso, la creación vive en la esperanza de ser también ella liberada de la servidumbre de la corrupción y participar así en la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Sabemos, en efecto, que la creación entera está gimiendo con dolores de parto hasta el presente. Pero no sólo ella: también nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemidos en nuestro interior suspirando para que Dios nos haga sus hijos y libere nuestro cuerpo.”




ORACIÓN FINAL A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
(Monseñor Ramón Ángel Jara) 

¡Oh Virgen Santísima del Carmen!. Llenos de la más tierna confianza como hijos que acuden al corazón de su madre, nosotros venimos a implorar una vez más los tesoros de misericordia que con tanta solicitud nos habéis siempre dispensado. 

Reconocemos humildemente que uno de los mayores beneficios que Dios ha concedido a nuestra Patria, ha sido señalaros a Vos por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina. Por eso a Vos clamamos en todos nuestros peligros y necesidades seguros de ser benignamente escuchados. Vos sois la Madre de la Divina Gracia, conservad puras nuestras almas; sois la Torre poderosa de David. defended el honor y la libertad de nuestra Nación; sois el refugio de los pecadores, tronchad las cadenas de los esclavos del error y del vicio; sois el consuelo de los afligidos, socorred a las viudas, a los huérfanos y desvalidos; sois el auxilio de los cristianos, conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia, en especial a sus Obispos, sacerdotes y religiosos. 

Desde el trono de vuestra gloria atended a nuestras súplicas, ¡oh Madre del Carmelo! Abrid vuestro manto y cubrid con él a esta República de Chile, de cuya bandera Vos sois la estrella luminosa. Os pedimos el acierto para los magistrados, legisladores y jueces; la paz y piedad para los matrimonios y familias; el santo temor de Dios para los maestros; la inocencia para los niños; y para la juventud, una cristiana educación. 

Apartad de nuestras ciudades los terremotos incendios y epidemias; alejad de nuestros mares las tormentas, y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed el escudo de nuestros guerreros, el faro de nuestros marinos y el amparo de los ausentes y viajeros. Sed el remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protectora especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio. 

¡Oídnos pues, Reina y Madre Clementísima! Y haced que viviendo unidos en la vida por la confesión de una misma fe y la práctica de un mismos amor al Corazón Divino de Jesús, podamos ser trasladados de esta patria terrenal a la patria inmortal del cielo, en que os alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos. Amén.





GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN

(Se han rezado en Chile, desde antes de 1837, 
sobre todo los días Miércoles)

Pues la eterna Majestad,
Nos dio en Vos tanto consuelo,
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, gran Señora, 
A quien el cielo y la tierra 
Por su gran reina venera, 
Y reverencia, y honora; 
Pues vuestro poder implora 
De reina, nuestra humildad. 
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, Virgen Madre, 
Tan tierna y tan amorosa, 
Que siempre os ven cariñosa 
Los hijos del primer padre; 
Y pues vuestro pecho abre 
Los tesoros de bondad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Eva y Adán, delincuentes 
Se hicieron por el pecado, 
Y como herencia han dejado 
La muerte a sus descendientes; 
Pero vos de los vivientes 
Sois vida con propiedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Sois del alma la dulzura 
Que la embelesa y encanta, 
Y sus potencias levanta 
A admirar vuestra hermosura; 
Para que nuestra amargura 
Temple vuestra suavidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Vos sois la Ester toda hermosa, 
De vuestro pueblo esperanza 
Que a librar por Vos alcanza 
De la muerte rigurosa; 
Y pues sois tan poderosa 
Con la Augusta Majestad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Los hijos de Eva ocurrimos 
Y en vuestro amparo esperamos, 
En el destierro en que estamos, 
Esa patria que perdimos 
Que nos alcancéis pedimos 
Nuestra amada libertad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

A Vos Madre, suspiramos, 
Con gemidos y sollozos, 
Porque no puede haber gozos 
En el valle en que lloramos; 
Y pues por vos esperamos 
Consuelo en nuestra orfandad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Ea, pues, Madre piadosa, 
Que vuestros ojos divinos, 
De estos pobres peregrinos 
Sean luz clara y hermosa; 
Y pues es tan tenebrosa 
Del mundo la obscuridad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Templad con vuestra clemencia 
De Jesús la indignación, 
Y haced que sin confusión 
Lleguemos a su presencia; 
Para que nuestra sentencia 
Salga con felicidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

¡Oh Protectora divina!, 
¡Oh consuelo celestial!, 
¡Oh refugio universal!, 
¡Oh belleza peregrina!, 
Pues del alma medicina 
Sois en toda enfermedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

V.- Ruega por nosotros Madre de Dios del Carmelo

R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.



Canto


VIRGEN DEL CARMEN BELLA.

Virgen del Carmen bella,
Madre del Salvador;
de tus amantes hijos
oye el cantar de amor.

DIOS TE SALVE MARÍA
DEL CARMEN BELLA FLOR;
ESTRELLA QUE NOS GUÍAS
HACIA EL SOL DEL SEÑOR.

Junto a ti nos reúnes,
nos llamas con tu voz:
quieres formar de Chile
un pueblo para Dios.

Somos un pueblo en marcha,
en busca de la luz:
guíanos Madre nuestra,
llévanos a Jesús.

Haznos cristianos, Madre,
cristianos de verdad:
gente de fe sincera,

de viva caridad.