17_07_06

NOVENA A LA VIRGEN DEL CARMEN DÍA 6





ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías o el Santo Rosario)


ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.



La Revolución de 1891                                                             


“1891 trae una nueva guerra para Chile. Ahora entre los mismos chilenos. Bajo el gobierno de don José Manuel Balmaceda, el Congreso se levanta contra el poder Ejecutivo. Las Fuerzas Armadas toman posiciones diferentes y los regimientos se entregan unos a otros.
Chile se dividió en dos bandos. Las familias quedaron heridas, separadas, enlutadas...
El templo de la Virgen del Carmen en Maipú ya estaba listo desde 1887, esperando la oportunidad de inaugurarse. El 5 de abril de 1892 fue la fecha indicada. Era el día del cumplimiento de Chile entero, sin divisiones, a su Patrona y Madre.
“Mucha paz para los que aman tu ley”, fue el lema con el Arzobispo de Santiago, Mariano Casanova, presidió la ceremonia.
Desde la peregrinación que hicieron los Padres de la Patria para la colocación de la primera piedra en 1818, no se había hecho nada parecido. Ahora volvía a peregrinar todo el pueblo junto: vencidos y vencedores, autoridades y bases, militares y civiles.
Monseñor Ramón Ángel Jara predicó... “Al presentar a nuestra Reina y nuestra Madre la ofrenda de tres generaciones, no extrañéis la pobreza para expresar mis sentimientos...”, comenzó, “recurriré entonces a mi Patria, le pediré a todas sus banderas victoriosas y sus laureles formar con ellos un trofeo a tus plantas, ¡oh Reina y Señora del Carmelo!”
“Acéptalos, Madre Clementísima, como aceptaste el voto de nuestros padres que hoy venimos a cumplir.”
“¡Abre tu blanco manto y convida a la familia chilena a darse un abrazo de paz y de fraternal unión sobre tu regazo maternal!”
“¡Ilumina a nuestros magistrados, legisladores y jueces! ¡Conserva nuestra fe y protege a nuestra Iglesia!”
“¡Cuida de nuestros hogares!”
“¡Y sírvenos de escudo aquí en la vida y trasládanos a la Patria inmortal de los Cielos!”  “Tuya es la Patria”



Lectura: Colosenses 1, 19 – 29
“Dios, en efecto, tuvo a bien hacer habitar en él toda la plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, tanto las de la tierra como las del cielo, trayendo la paz por medio de su sangre derramada en la cruz.
También ustedes estaban en otro tiempo lejos de Dios y era sus enemigos declarados a causa de sus malas acciones. Ahora, en cambio, por la muerte que Cristo ha sufrido en su cuerpo mortal, los ha reconciliado con Dios para presentarlos a él como un pueblo sin mancha ni reproche.
Pero es necesario que permanezcan firmes y arraigados en la fe y que no traicionen la esperanza transmitida en el evangelio que han recibido, que ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo del que yo, Pablo, he llegado a ser servidor.
Ahora me alegro por padecer por ustedes, pues así voy complementando en mi existencia terrena, y a favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, lo que aún falta al total de sus sufrimientos. De ese Iglesia he llegado a ser servidor, conforme al encargo que Dios me ha confiado de anunciarles plenamente su palabra, es decir, el plan salvífico que Dios ha tenido escondido durante siglos y generaciones y que ahora ha revelado a los que creen en él. Precisamente a éstos ha querido Dios dar a conocer la incalculable gloria que encierra este plan salvífico para los paganos; hablo de Cristo, que está entre ustedes y es la esperanza de la gloria.
A este Cristo anunciamos nosotros, corrigiendo e instruyendo a todos lo mejor que sabemos para que podamos presentar a todos plenamente maduros en su vida cristiana. Por esto me fatigo y lucho, sosteniendo por la fuerza de aquel que actúa poderosamente en mí.”



ORACIÓN FINAL A NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN
(Monseñor Ramón Ángel Jara) 

¡Oh Virgen Santísima del Carmen!. Llenos de la más tierna confianza como hijos que acuden al corazón de su madre, nosotros venimos a implorar una vez más los tesoros de misericordia que con tanta solicitud nos habéis siempre dispensado. 

Reconocemos humildemente que uno de los mayores beneficios que Dios ha concedido a nuestra Patria, ha sido señalaros a Vos por nuestra especial Abogada, Protectora y Reina. Por eso a Vos clamamos en todos nuestros peligros y necesidades seguros de ser benignamente escuchados. Vos sois la Madre de la Divina Gracia, conservad puras nuestras almas; sois la Torre poderosa de David. defended el honor y la libertad de nuestra Nación; sois el refugio de los pecadores, tronchad las cadenas de los esclavos del error y del vicio; sois el consuelo de los afligidos, socorred a las viudas, a los huérfanos y desvalidos; sois el auxilio de los cristianos, conservad nuestra fe y proteged a nuestra Iglesia, en especial a sus Obispos, sacerdotes y religiosos. 

Desde el trono de vuestra gloria atended a nuestras súplicas, ¡oh Madre del Carmelo! Abrid vuestro manto y cubrid con él a esta República de Chile, de cuya bandera Vos sois la estrella luminosa. Os pedimos el acierto para los magistrados, legisladores y jueces; la paz y piedad para los matrimonios y familias; el santo temor de Dios para los maestros; la inocencia para los niños; y para la juventud, una cristiana educación. 

Apartad de nuestras ciudades los terremotos incendios y epidemias; alejad de nuestros mares las tormentas, y dad la abundancia a nuestros campos y montañas.
Sed el escudo de nuestros guerreros, el faro de nuestros marinos y el amparo de los ausentes y viajeros. Sed el remedio de los enfermos, la fortaleza de las almas atribuladas, la protectora especial de los moribundos y la redentora de las almas del Purgatorio. 

¡Oídnos pues, Reina y Madre Clementísima! Y haced que viviendo unidos en la vida por la confesión de una misma fe y la práctica de un mismos amor al Corazón Divino de Jesús, podamos ser trasladados de esta patria terrenal a la patria inmortal del cielo, en que os alabaremos y bendeciremos por los siglos de los siglos. Amén.




GOZOS A LA VIRGEN DEL CARMEN

(Se han rezado en Chile, desde antes de 1837, 
sobre todo los días Miércoles)

Pues la eterna Majestad,
Nos dio en Vos tanto consuelo,
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, gran Señora, 
A quien el cielo y la tierra 
Por su gran reina venera, 
Y reverencia, y honora; 
Pues vuestro poder implora 
De reina, nuestra humildad. 
Virgen Santa del Carmelo
Válganos vuestra piedad 

Dios os salve, Virgen Madre, 
Tan tierna y tan amorosa, 
Que siempre os ven cariñosa 
Los hijos del primer padre; 
Y pues vuestro pecho abre 
Los tesoros de bondad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Eva y Adán, delincuentes 
Se hicieron por el pecado, 
Y como herencia han dejado 
La muerte a sus descendientes; 
Pero vos de los vivientes 
Sois vida con propiedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Sois del alma la dulzura 
Que la embelesa y encanta, 
Y sus potencias levanta 
A admirar vuestra hermosura; 
Para que nuestra amargura 
Temple vuestra suavidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Vos sois la Ester toda hermosa, 
De vuestro pueblo esperanza 
Que a librar por Vos alcanza 
De la muerte rigurosa; 
Y pues sois tan poderosa 
Con la Augusta Majestad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Los hijos de Eva ocurrimos 
Y en vuestro amparo esperamos, 
En el destierro en que estamos, 
Esa patria que perdimos 
Que nos alcancéis pedimos 
Nuestra amada libertad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

A Vos Madre, suspiramos, 
Con gemidos y sollozos, 
Porque no puede haber gozos 
En el valle en que lloramos; 
Y pues por vos esperamos 
Consuelo en nuestra orfandad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Ea, pues, Madre piadosa, 
Que vuestros ojos divinos, 
De estos pobres peregrinos 
Sean luz clara y hermosa; 
Y pues es tan tenebrosa 
Del mundo la obscuridad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

Templad con vuestra clemencia 
De Jesús la indignación, 
Y haced que sin confusión 
Lleguemos a su presencia; 
Para que nuestra sentencia 
Salga con felicidad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

¡Oh Protectora divina!, 
¡Oh consuelo celestial!, 
¡Oh refugio universal!, 
¡Oh belleza peregrina!, 
Pues del alma medicina 
Sois en toda enfermedad. 
Virgen Santa del Carmelo, etc. 

V.- Ruega por nosotros Madre de Dios del Carmelo

R.- Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.



Canto

VIRGEN DEL CARMEN BELLA.

Virgen del Carmen bella,
Madre del Salvador;
de tus amantes hijos
oye el cantar de amor.

DIOS TE SALVE MARÍA
DEL CARMEN BELLA FLOR;
ESTRELLA QUE NOS GUÍAS
HACIA EL SOL DEL SEÑOR.

Junto a ti nos reúnes,
nos llamas con tu voz:
quieres formar de Chile
un pueblo para Dios.

Somos un pueblo en marcha,
en busca de la luz:
guíanos Madre nuestra,
llévanos a Jesús.

Haznos cristianos, Madre,
cristianos de verdad:
gente de fe sincera,
de viva caridad.