ORACIONES
Durante la primera
semana -dice el Santo- emplearán todas sus oraciones y ejercicios piadosos en
pedir el conocimiento de sí mismo y todo lo harán con espíritu de humildad."
"A primera
vista - escribe el Padre Lhoumeau-, este período parece confundirse con el
precedente; porque ¿cómo vaciarse del espíritu del mundo, sin examinarse y
conocerse a sí mismo? Pero mirémoslo más de cerca y veremos cómo los ejercicios
de esta semana nos hacen dar un paso adelante, bien que sin salir aún de la vía
purgativa." No tratamos ya sólo de convertirnos a Dios, apartándonos del
espíritu del mundo, sino de alcanzar la perfección por el seguro camino de la
humildad, comenzando por conocernos a nosotros mismos, por palpar nuestra
impotencia y nuestra niñez para obligarnos a que nos arrojemos en brazos de
nuestra Madre, en quien nos podremos apoyar seguros, para no desvanecernos, con
el desaliento al mirar al profundo abismo de nuestras miserias.
Oraciones vocales.
Letanías al Espíritu Santo.
ORACIONES
DE LA PRIMERA SEMANA
Letanías
al Espíritu Santo
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo, ten
piedad de nosotros.
Señor, ten
piedad de nosotros.
Cristo,
óyenos.
Cristo,
escúchanos.
Dios, Padre
celestial, ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo
Redentor del mundo, ...
Dios,
Espíritu Santo, ...
Trinidad
Santa, un solo Dios, ...
Espíritu, que
procedes del Padre y del Hijo, ...
Espíritu del
Señor, que al comienzo de la creación incubando las aguas las
fecundaste, ...
Espíritu por
cuya inspiración hablaron los santos hombres de Dios, ...
Espíritu cuya
unción nos enseña todas las cosas, ...
Espíritu que
das testimonio de Cristo, ...
Espíritu de
verdad que nos instruyes sobre todas las cosas, ...
Espíritu que
fecundas a María, ...
Espíritu del
Señor que llenas todo el orbe, ...
Espíritu de
Dios que habitas en nosotros, ...
Espíritu de
sabiduría y entendimiento, ...
Espíritu de
consejo y fortaleza, ...
Espíritu de
ciencia y piedad, ...
Espíritu de
temor del Señor, ...
Espíritu de
gracia y misericordia, ...
Espíritu de
fuerza, dilección y sobriedad, ...
Espíritu de
fe, esperanza, amor y paz, ...
Espíritu de
humildad y castidad, ...
Espíritu de
benignidad y mansedumbre, ...
Espíritu de
gracia multiforme, ...
Espíritu que
escrutas hasta los secretos de Dios, ...
Espíritu que
ruegas por nosotros con gemidos inenarrables, ...
Espíritu que
descendiste sobre Cristo en forma de paloma, ...
Espíritu en
el cual renacemos, ...
Espíritu por
el cual se difunde la caridad en nuestros corazones, ...
Espíritu de
adopción de los hijos de Dios, ...
Espíritu que
apareciste sobre los discípulos en forma de lenguas de fuego,...
Espíritu del
que los apóstoles quedaron henchidos, ...
Espíritu que
distribuyes tus dones a cada uno como quieres, ...
Senos
propicio, perdónanos, Señor.
Senos
propicio, escúchanos, Señor.
De todo mal,
líbranos, Señor.
De todo
pecado, ...
De las
tentaciones e insidias del diablo, ...
De toda
presunción y desesperación, ...
De la
resistencia a la verdad conocida, ...
De la
obstinación y de la impenitencia, ...
De la
impureza de la mente y del cuerpo, ...
Del espíritu
de fornicación, ...
De todo
espíritu malo, ...
Por tu eterna
procesión del Padre y del Hijo, ...
Por la
concepción de Jesús, hecha por tu operación, ...
Por tu
descenso sobre Cristo en el Jordán, ...
Por tu
advenimiento sobre los discípulos, ...
En el día del
juicio, ...
Nosotros,
pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que, así
como vivimos por el Espíritu obremos también por el
Espíritu, ...
Para que,
recordando que somos templo del Espíritu Santo, no lo
profanemos, ...
Para que,
viviendo según el espíritu, no accedamos a los deseos de la
carne, ...
Para que por
el espíritu mortifiquemos las obras de la carne, ...
Para que no
te contristemos a ti, Espíritu Santo de Dios, ...
Para que
seamos solícitos en guardar la unidad de espíritu en el vínculo de
la paz, ...
Para que no
creamos a todo espíritu, ...
Para que
sepamos discernir los espíritus, si son o no de Dios, ...
Para que
renueves en nosotros el espíritu de rectitud, ...
Para que nos
confirmes por tu espíritu soberano, ...
Cordero de
Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos Señor.
Cordero de
Dios, que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.
Cordero de
Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nos.
OREMOS: Te pedimos, Señor, que nos asista la fuerza del
Espíritu Santo para que purifique convenientemente nuestros corazones y nos
preserve de todo mal. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.